lunes, 5 de noviembre de 2012

La madrugada le envolvió la piel para disfrazar su mente que se rehusaba a creer
los ojos oscuros dejaron entrar la luz que durante el tiempo de Guerra se mantuvieron intactos
parecía el dulce terciopelo que se posa en la vitrina de alguna calle de París
parecía el amargo cacao que de fino origen está en la despensa de la casona por allá bien distante
La sorpresa en sus piernas se dejó sentir ante el titubeo de las escaleras 
ante el titubeo de un saludo cariñoso, distante o altanero
ante el titubeo de no dar la media vuelta y gritar un "me acuerdo de ti"
que más da,
ya eran las 12 de la noche, el día ya había terminado,
mejor era seguir con ellos que le brindaban y mimaban sus deseos
mejor ellos que son iguales
mejor ellos que le mejoran la estirpe y el linaje
mejor ellos,
cualquier comparación no es más que el puto poder que viste cientos de corazones