domingo, 11 de marzo de 2012


Como aquel dolor que vivo permanecía en la esquina invencible de aquel cuerpo, 
hecho perfecto en la casita de la mente al ladito de las ilusiones
Tú que sabes tanto como si una cantidad casi infinita de pinturas hechas con tu pincel rebatieran cada argumento
como cuando te sentaste de frente con un desnudo escondido y de pronto con esas palabras que carecían de emocionalidad tiraste mierda arriba de la mesa
Tanta estupidez me pareció tediosa , una bocanada que ligera volaba por el comedor,
manteniendose en cuatro metros cuadrados
mientras el aire asfixiante ahogaba mi tolerancia
Y yo que tenía unos regalitos que de tanto amor se desvanecieron allá lejos en la imaginación
Y a pesar de un sí un poco iluso, un poco débil 
le tocó con un abrazo sincero que después de unos días sería la tijera que de forma definitiva le cortaría la cabeza
definitivamente un abrazo suicida , casi conmovedor si no hubiera sido por esa cara de mentira
ese coqueteo calentón 
esa farsa tambaleando al caminar
Para rematar con una pregunta tan simplona
como si conversar un ratito fuera la cura, como si me estuviera haciendo un favor
como si fuera tan simple todo,
esa pobreza que jamás pude ver retratada en el vacío de su mirada 
me entregó la claridad que insistente yacía tranquila al ladito del corazón: una amnesia selectiva con bandera no verle jamás. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario